Nosotros

HISTORIA DE COACH

en primera persona

“Luego de recorrer varios colegios, comencé la cultura del trabajo: primero como cadete, luego como sodero, chofer de colectivo y facturero panadero, hasta llegar a mi primer emprendimiento: la fabricación de bolsitas de polietileno (tras haber recorrido el país durante dos años solventándome con la venta de CURITAS). En esta etapa de mi vida, llegó mi matrimonio con Mirta Lujan Santoro madre de mi dos hijos, Natalia Diego quienes hoy están al frente de la empresa.

En la década del 80, y dejando la industria del polietileno, un amigo empresario me ofrece viajar para vender sus productos, recorriendo el sur del país. Fue un aprendizaje de las relaciones humanas, donde me relacioné con la indumentaria y los artículos deportivos.

A principio de los ´90, comienzo con mi segundo emprendimiento: la fabricación de indumentaria deportiva, creando la marca Legate, pero al cabo de cinco años sufro un traspié donde pierdo todo el sacrificio de años, quedando a la deriva. En ese momento de incertidumbre, aparecen amigos que me piden fabricar indumentaria de ciclista. Por qué no, si el mercado lo estaba pidiendo.

La decisión no fue sencilla, ya que la indumentaria para un ciclista tiene algunos componentes que en ese entonces eran desconocidos para mí. Esto llevó a un largo camino recorriendo nuestra Capital, Buenos Aires, para encontrar los diversos elementos necesarios para la fabricación.

Recuerdo mi primera incursión en el rubro mostrando el producto terminado que tenía una marca que solo fue elegida porque me gustaba cómo sonaba: Coach.

La presentación fue el 6 de febrero de 1997 durante el desarrollo de la prueba ciclista Doble Bragado. Muy precariamente en la Plaza principal de dicha ciudad, extendí una soga entre dos árboles y con broches colgué mis primeras camisetas. ¿Quieren saber el resultado? Solo vendí tres prendas.

De todas formas, regresamos muy contentos con mi gran amigo Raúl Labatte ya que los comentarios nos auguraban un futuro exitoso. Esto me motivó tanto, que fue el motor que me hizo poner todo el esfuerzo para desarrollar la marca.

Trascurrían tiempos muy difíciles en el seno familiar. Y aun siendo tan unidos, lo económico nos privaba de ciertas cosas para el desarrollo de la empresa. Por ejemplo, no teníamos vehículo propio para movernos y poder estar presentes en los eventos importantes en los que debíamos mostrar nuestros productos.

Amigos como Pedro Santucho y Sra., pusieron incondicionalmente su camioneta para devorar kilómetros y llevarnos a Mirta y a mí a distintos eventos, ayudándonos a armar nuestro gacebo y en la atención al público.

En octubre del mismo año pudimos acceder a la compra de nuestra primera camioneta y a partir de ahí no existió fin de semana sin que saliésemos a ofrecer nuestra indumentaria.

1998 marcó un punto donde vi el potencial de nuestro producto, mientras se desarrollaba la Vuelta de San Juan (capital del Ciclismo).

Hasta mediados del año 2000 y a razón de 6000 km mensuales, fue la manera de elegir cómo presentar la indumentaria haciendo marketing propio. Fue el momento de incorporar una persona que nos representara a nivel país y yo poder dedicarme exclusivamente a la producción.

Raúl Lujan Labatte pasó a ser muy importante en Coach. Fue quien me acompañó en mi primera salida y el que sigue actualmente a mi lado.

En el 2001 incorporamos nuestra primera planta de producción en la Ruta 8 y adquirimos una plancha sublimadora.

Cuando mis hijos terminaron sus estudios se incorporaron a la empresa: Natalia en la parte Contable –Administrativa, y Diego en Ventas-Atención al Cliente.

El avance de nuestra empresa hizo que adquiriéramos otro predio y así poder cumplir con las exigencias de producción.

En el 2007 se incorpora el marido de Natalia, Mariano que se dedica a la representación de ventas en zonas importantes de nuestro país. Y en este mismo año la marca pasó a ser Coach Argentina registrada a nivel Nacional.

Durante el año 2010 nos visitan ingenieros de Perú y EEUU ofreciéndonos la tecnología de sublimación digital, un anhelo nuestro que parecía inalcanzable. Concretamos entonces la operación de un sistema y, dado los excelentes resultados, debimos incorporar 4 sistemas más inmediatamente. Esto nos puso en un punto alto en el mercado y hoy podemos decir con orgullo y satisfacción que vestimos a los equipos más importantes del país y algunos internacionales.

La empresa también fabrica (en un porcentaje menor) indumentaria para todos los deportes. Nuestras telas son de alta tecnología y siempre estamos pendientes de las últimas novedades para incorporarlas en nuestros procesos de producción.

Por Eduardo Gattelet

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